Un popular refrán de nuestra tradición afirma “cuando las barbas de tu vecino veas cortar pon las tuyas a remojar” y así es. La agricultura ha sufrido un importante daño reputacional en los últimos años. Una reacción que, tal y como asegura en un medio regional el máximo responsable de COAG, se debe a una «tendencia de opinión muy irresponsable y peregrina que acusa» a la actividad agraria. También añade «como murcianos, tenemos la obligación moral de minimizar estas corrientes de opinión sin criterio ni fundamento». A pesar de tener los sistemas de producción más avanzados, el sector no ha sabido trasladar a la sociedad por qué su trabajo no sólo es esencial, sino que el mundo recibe alimentos sanos y seguros gracias a su saber hacer.
Ahora le llega el turno al sector ganadero con el preaviso que extraemos de la conclusión del VIII Observatorio Nestlé sobre Hábitos Nutricionales y Estilo de Vida de las Familias. Un estudio que afirma que uno de cada tres españoles incluirá más recetas flexitarianas, vegetarianas o veganas en las comidas navideñas, de modo que el 70 % de los comensales incorporará más verduras y hortalizas a un menú en el que los asados de carne, los mariscos y los pescados solían ser protagonistas.
Temo que ganaderos y pescadores serán los siguientes, por lo que deben centrarse en trasladar mensajes veraces partiendo de una realidad indiscutible que el sobrepeso y la obesidad infantil se encuentran en lo más alto del podio de los problemas alimentarios en nuestro país durante los últimos años.
Son muchas las voces que han avisado del progresivo abandono que, en los países del mediterráneo, y en especial en España, se producía de la alimentación tradicional y, en concreto, de la dieta mediterránea. Que la Unesco declarara a la dieta Mediterránea como patrimonio inmaterial de la humanidad en 2010 es importante, pero no parece ser suficiente para atajar este tipo de problemas. Los beneficios no solo implican la reducción en la incidencia de ciertas patologías crónicas, sino que pueden contribuir al cuidado de nuestro entorno.
La sociedad debe conocer y tener claro que una alimentación variada y equilibrada debe aportar proteínas, grasas e hidratos de carbono, pero es importante no sólo la cantidad que consumamos de estos macronutrientes, sino también la calidad de los mismos.
La dieta mediterránea contiene carne y pescado, ya que las carnes contienen proteínas de alto valor biológico, aunque en su composición también encontremos grasas saturadas. Por otro lado, el pescado es una fuente de proteínas de alto valor biológico y de grasas insaturadas, consideradas saludables. A pesar de que siempre haya existido la recomendación de consumir más pescado que carne, nunca se ha recomendado su eliminación por completo de nuestra dieta. Por ello, en relación al consumo de proteínas de origen animal, deberíamos consumir más pescado que carne, y al menos 2 raciones semanales de pescado azul, ya que a pesar de que su contenido en grasas es mayor, el tipo de grasa que contiene es especialmente buena. Alguien tenía que decir la verdad respecto al peligro que representa la reducción de la proteína animal en el menú escolar.
En Navidad, algunos de los mejores momentos se viven en torno a una mesa disfrutando de comidas especiales. Por ello, en estas fechas tan queridas, la carne y el pescado deberían seguir manteniendo su protagonismo, no solo como parte de la tradición, sino también dada su versatilidad desde el punto de vista gastronómico, que nos permite crear multitud de propuestas para sorprender a nuestros invitados.
Los datos que se desprenden del Observatorio de Nestlé, revelan que hasta el 50 % de los ciudadanos optará por preparar alternativas vegetales a la carne y a los lácteos, frente al 48 % de los encuestados que afirman que no van a renunciar a los tradicionales manjares navideños. Los principales motivos que se exponen para cambiar la alimentación estas navidades son los siguientes: el 27 % alude a la salud como primera causa; la sostenibilidad del planeta es la razón prioritaria para el 22 % de los ciudadanos y el bienestar animal ocupa el tercer lugar de la lista. Para este nuevo año propongo un propósito para ganaderos y pescadores, que comuniquen a la sociedad sus esfuerzos en favor de la eficiencia, la sostenibilidad y el bienestar animal. Es preciso que aporten datos científicos y contrastados en los que se explique la necesidad de incluir la proteína animal de forma equilibrada dentro de la dieta mediterránea.
¿Una tendencia que ha venido para quedarse o un punto de inflexión en nuestro menú navideño?
El flexitarianismo, o lo que es lo mismo, la tendencia a comer carne o pescado de forma ocasional, ha crecido cuatro puntos en comparación con cuatro años atrás. En total, dos de cada diez españoles se considera flexitariano y cuatro de diez hogares ha incorporado de forma regular a su alimentación productos sustitutivos de la carne.
Desde BIA3 apostamos por trabajar de manera profesional y rigurosa la comunicación del sector como base para prevenir esta crisis acaecida por un bulo contra un subsector o producto. Estamos convencidos de que la existencia de un equipo multidisciplinar generador de un contenido valioso y sustentado en el rigor técnico que aporte la base científica es necesario, determinante y nos diferencia.
Indudablemente es necesario un compromiso por parte de la Administración para poner en marcha campañas que pongan en valor tanto al sector, como a sus buenas prácticas. Por otro lado, resulta vital que exista una comunicación adecuada ante la aparición de fake news relacionadas con la alimentación y la salud que puedan crear alarma social. Solo así evitaremos repetir las desagradables situaciones ya vividas en el agro. Ganaderos y pescadores seamos proactivos, ¡vamos a ello!.