Por Adela Martínez Cachá.
Es evidente que no podemos entender la producción de los alimentos que consumimos, sin tener en cuenta el impacto que genera en la salud de las personas y en la del planeta. Por eso nace la necesidad de un enfoque integral y holístico que abarque a todos los actores de la cadena y suponga un compromiso que nos acerque, a través de acciones concretas, a las metas marcadas desde los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU, muchos de ellos enormemente relacionados con el sistema alimentario.
El concepto One Health (una única salud) es a mi juicio un movimiento válido para abordar una situación sin duda sobrevenida pero que ya se ha convertido en nuestro día a día. Las personas, los animales y el medio ambiente son nuestros pilares, si uno falla, el edificio se tambalea. Y esto es porque vivimos juntos y nos relacionamos de una forma muy estrecha.
El concepto One Health me parece interesante y se tiene que extender y ahí juegan un papel muy importante los periodistas y los medios de comunicación. Hay que comunicar para convencer. «Convencer es clave para el cambio que nuestro planeta necesita».
Cuando llegó sin avisar la pandemia nos sorprendió y lo hizo entre otro millón de cosas porque, no se habían adoptado las medidas que algunas comunidades científicas habían recomendado.
Las epidemias, que siempre han existido y seguirán existiendo, serán pandemias precisamente por la enorme capacidad de movilidad de los transmisores. Y la humanidad por fin y a la fuerza es consciente de que hay una serie de pautas que deben seguirse, de que los virus no reconocen fronteras ni nombres ni edades y que es apremiante un nuevo concepto de seguridad que a la defensa de los territorios añada la capacidad para hacer frente a catástrofes naturales o provocadas y, sobre todo, de prevención en gran medida de agentes patógenos. Por lo tanto, es importante reforzar los sistemas de salud actuales, y la producción de nuestro país de los elementos precisos para combatir las pandemias u otras contingencias posibles.
Repensemos el manido concepto de sostenibilidad, esta crisis nos debe obligar a crear sistemas de vida sostenibles pensando de forma proactiva en las generaciones futuras. Deben estar preparados para enfrentarse con garantías de éxito a las nuevas pandemias a las que se van a enfrentar.
El alcance, la magnitud y las repercusiones mundiales de las enfermedades infecciosas emergentes con las que nos enfrentamos hoy día, la mayoría de ellas de origen zoonósico, no podíamos si quiera imaginarlo. El comienzo de una nueva era de enfermedades emergentes y la importancia de sus consecuencias potenciales en la salud pública han modificado profundamente nuestros retos y nuestra forma de afrontar las actividades.
La aparición de nuevos agentes infecciosos, el incremento de los ya existentes, las resistencias antibióticas, y la aparición de colectivos anti-vacunas que día a día van ganando terreno en algunos países, constituyen las principales amenazas a nivel global. Estas amenazas se están convirtiendo en el motivo más importante que deben enfrentar los servicios de salud, y por lo tanto tendrán consecuencias en las alianzas profesionales, recursos y programas futuros.
Se hace necesaria la formación de equipos multidisciplinares que abarquen desde una perspectiva integral y global, todos los aspectos que tienen que ver con estas amenazas. Multidisciplinar ha sido el equipo de 14 científicos de la OMS que han afrontado este mes la misión para investigar el origen de la pandemia, el momento más esperado la visita mercado de marisco de Huanan al que China consideró en un primer momento el lugar donde se produjo el salto del patógeno al ser humano. La visita a Huanan, un año después de su cierre, de los catorce científicos de la OMS tiene, sobre todo, un valor simbólico. Por la importancia del lugar como posible origen de la pandemia. Por el hecho de que, finalmente, y tras meses de negociaciones, expertos internacionales hayan podido acceder a él: ninguna de las dos misiones previas de la OMS a China desde que comenzó la pandemia pudieron recorrerlo.
Esa visita permite a los expertos hacerse una idea de la realidad que hasta ahora solo habían conocido por mapas, fotografías y descripciones. Verlo con sus propios ojos ayuda a comprender mejor las dimensiones de los puestos, asimilar en qué puntos se encontraron mayores concentraciones del virus en las muestras ambientales tomadas en su momento y determinar cuáles pudieron ser las secuencias de contagio.
Entender mejor los factores implicados en el surgimiento de pandemia es clave para el avance del concepto One Health. La mayoría de los científicos considera que el coronavirus causante de la COVID se originó en un murciélago del que saltó al ser humano muy probablemente a través de una especie intermedia que no se ha logrado determinar.
La salud global es la suma de la salud animal, ambiental y humana. El concepto One Health (“Una Sola Salud”) es una estrategia mundial para aumentar la comunicación y la colaboración interdisciplinar en el cuidado de la salud de las personas, los animales y el medio ambiente, entendiendo que todas están unidos entre sí.
La interrelación a estos tres niveles que promueve One Health llevará consigo un avance biomédico, una mejora de salud pública, además de mejorar la base de conocimientos científicos al ampliar el enfoque, y ello repercutirá salvando muchas vidas.