Los jóvenes que se dedican a la agricultura y la ganadería tienen que enfrentarse a diario a los estereotipos, ya que cuando hablamos de agricultores y ganaderos es habitual que exista una imagen que se aleja absolutamente de su realidad. La reinvención se ha convertido en una constante dentro del sector agro, en el que innovación y tecnificación constituyen pilares fundamentales. Las nuevas generaciones están formadas y emprenden proyectos altamente profesionalizados para ser no solo más competitivos, sino también más sostenibles de lo que fueron sus padres y abuelos.
Estamos ante un nuevo paradigma que combina productividad y desarrollo sostenible a través de un nuevo modelo de negocio, donde la tecnología aplicada, la digitalización y la optimización de procesos y recursos juegan un papel fundamental. En este nuevo escenario, los protagonistas son jóvenes que tienen en su ADN tanto la entrega y el apego a la tierra, como el compromiso con el oficio, en el que además exploran nuevas posibilidades y se atreven a afrontar retos multidisciplinares.
Vivimos un momento en el que tenemos el compromiso social de dar visibilidad a la actividad agraria, para que resulte atractivo dedicarse profesionalmente a ella. Tenemos que afrontar una auténtica “revolución cultural” que cuente con implicación de las administraciones. Hay que romper estereotipos y clichés negativos sobre la actividad agraria, y mostrar la realidad de un sector que se reinventa día a día. Una realidad que dista del estereotipo que veníamos interiorizando y cuya tecnificación y cualificación la hace equiparable a cualquier otra profesión.
En los años 60, Francia afrontó la modernización de la agricultura y planteó su renovación generacional en un proceso denominado “revolución silenciosa”, que posicionó la profesión agrícola, la actividad agraria y la cultura rural a la cabeza del reconocimiento social del país. En España aún no hemos afrontado este reto, sin embargo nos encontramos en un momento crítico, ya que la pandemia ha despertado un interés por el mundo rural indudable. Una atención que ha pasado del no aprecio de lo rural, a su sublimación. No obstante, el medio rural español siempre ha estado vivo aunque haya pasado desapercibido, ya que tradicionalmente ha contado con gente comprometida, trabajadora y, a fin de cuentas, esencial para la sociedad
Por otro lado, no podemos negar que existe un problema de envejecimiento y una falta de relevo generacional en algunos sectores agropecuarios, entre los cuales, el campo no se ha quedado atrás. La llegada de la digitalización, la robotización del campo y la inteligencia artificial nos lleva a una revolución tecnológica a la que, no solo los agricultores tendrán que adaptarse, sino que deberá sumarse todo el sector agroalimentario. Los beneficios de esta revolución tecnológica son indudables, ya que hacen más rápida la gestión de los datos, así como la toma de decisiones y la corrección de errores.
Esta semana celebramos el Día Internacional de la Mujer Rural, así que si hablamos de romper estereotipos quizás resulte especialmente necesario analizar su rol dentro del sector. Es fundamental poner en valor el papel que desempeña la mujer rural en la sociedad y ser conscientes, de que su participación dentro del sector agrícola es de vital importancia.
Cuando hablamos de mujer rural nos referimos a aquella que está al frente de los cultivos, a aquella que forma parte de la cadena de producción independientemente de la labor que desempeñe. Las mujeres del sector son desde agricultoras, recolectoras o cuidadoras de las plantaciones, hasta responsables de calidad, ingenieras agrónomas y gerentes al frente de grandes compañías agroalimentarias. En sus manos reside que los productos que llegan a nuestros hogares cumplan los estándares de seguridad alimentaria, cada vez más exigentes, así como que mantengan su sabor y nutrientes, mimando el producto en cada fase del proceso.
Desde BIA3 y gracias a la confianza de Gesa Mediación hemos diseñado la campaña “Mucho más que seguros, para mucho más que agricultores”. Una iniciativa que busca potenciar la figura del agricultor actual, y pone en valor su contribución diaria para lograr un crecimiento real y sostenible del sector.
Esta campaña nos presenta a Iván, Aurora y José Román desde una perspectiva alejada de los estereotipos en los que se ve envuelta la figura del agricultor. Agrogesa nos acerca a la realidad con perfiles actuales, propios del siglo XXI, que no solo desarrollan su labor en el campo, sino también cuentan con hobbys como el rally, el yoga o la música. Aunando actividades que tradicionalmente pudieran resultar ajenas a los trabajadores del sector.
Necesitamos que más Auroras, Ivanes y Josés den un paso adelante , los conozcamos y su realidad nos haga verlos como lo que son.
Necesitamos una sociedad que aprenda a valorar el alma del producto que tiene en sus manos, y a reconocer que un sector agroalimentario sostenible, contemporáneo y tecnificado es posible.
Necesitamos que la mujer rural tome posiciones, que los estereotipos no manchen lo esencial de sus funciones, y valorar su crecimiento y desarrollo dentro de un sector que siempre ha precisado de sus cuidados.